jueves, 1 de marzo de 2012

Set fire to the rain


Era como si el mundo, tal y como lo conocemos se hubiera dado la vuelta. El agua de los océanos, mares, lagos, ríos y charcas caía sobre la tierra. Llovía. Un chico estaba sentado con las piernas entrelazadas sobre una gran roca lisa en su superficie...sin nadie alrededor. Ojos cerrados, mente despejada, quieto (ni una mosca era capaz de moverse a su alrededor, excepto la lluvia). De pronto…ojos abiertos, mente dispuesta y con un rápido abrir de brazos y cerrar de manos chocó dos piedras…nada. Hizo un segundo intento…tampoco.  Sin resultado…el tercero.

Seguía lloviendo, otro día que el chico volvió a estar en el mismo lugar. Delante de él tenía un montón de madera con papel de por medio. Ojos cerrados, mente despejada, quieto… Con  un movimiento explosivo casi sorprende a la lluvia, pero ésta no lo permitió…no se dejó prender…nada.

Perdió la cuenta de sus intentos, lo intentó de muchas formas…en una de ellas, el chico cogió una antorcha llena de aceite (como las tostadas del desayuno que rebosan de aceite) encendió mecha y prendió. El chico bailó burlándose de la lluvia (creía que había logrado prender fuego a la lluvia), pero el agua que caía en abundancia no tardó ni diez movimientos del segundero del reloj en sanar su estado…nada. Un higo de fruta lo observaba colgado de un arbusto. Una arruga le dibujaba una sonrisa maliciosa. Él tenía ventaja.  El danzarín de la lluvia…descansó en su intento.

La lluvia se hizo algo monótono y aburrido, no conducía a ninguna parte ni traía nada (era como conducir un coche sin motor que ni avanzaba) Lluvia, lluvia y más lluvia, los océanos tendrían que estar a punto de secarse, los mares de evaporarse, lagos y ríos de agotarse… Era la enésima vez que acudía a ese lugar con la misma predisposición… Ojos cerrados, mente despejada, quieto… Uno…Dos…Tres… Abrió los ojos, la mente confusa, quieto…

                                        –    Hola chico… Muy bonito lo que haces. Graciassssssssssssssssssss – Le dijo alguien que no era de su género.



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3 comentarios:

  1. Como te las marcas, querido...
    Siempre me he preguntado si el agua de lluvia hace crecer aquello sobre lo que cae. Es decir, ¿las calles y carreteras, por ejemplo, tienen más altitud y volumen que cuando las construyeron?

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  2. partiendo de que el volumen de los cuerpos sólidos (carretera, cemento) es fijo, éste es el mismo siempre. Por otro lado, el agua (lluvia) es uno de los principales agentes erosivos (erosión: desgaste de la superficie terrestre bajo un agente erosivo) por lo que las calles y carreteras tienen baches y grietas.

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  3. si tios, el jodido bache del camino de entrehuertas siempre aparece después de un dia de lluvia...
    pero añadirle la velocidad torrencial de la lluvia.. que no es lo mismo que chispee a que caiga una tan gorda como la chon.

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